Un 10% de la población china tiene dislexia, pero todavía hay muy poca conciencia de esta dificultad, y por lo tanto los disléxicos en China apenas reciben ayuda. La fundación China Dyslexia de Hong Kong está visibilizando este problema en China, con la ayuda del cineasta James Redford.
Existen aproximadamente 50000 caractereres chinos. Una persona con un nivel educativo medio conoce unos 8000, mientras que para leer un periódico son necesarios entre 2000 y 3000 caracteres. Conocer estos caracteres requiere de una gran memoria, e incluso los hablantes nativos olvidan palabras con cierta frecuencia.
Pero esta dificultad se vuelve mucho más severa para los disléxicos chinos, un 10% de la población, cuya lengua materna les puede sonar como si fuera otro idioma, a pesar de su inteligencia normal y buena predisposición al estudio.
Descubre el nuevo libro de Luz Rello:
En Hong Kong sí tienen protocolos de detección y tratamiento. Pero en China apenas existe conciencia sobre esta dificultad de aprendizaje, generando prejuicios hacia estos niños, que son tomados por vagos o por tener mala actitud.
PRUEBA EL TEST GRATUITO DE DISLEXIA
Los niños con dislexia cuya lengua materna es el chino presentan características diferentes a aquellos cuya lengua materna es el inglés, siendo incluso más complicada y severa la dificultad en los niños chinos. Parece que la dislexia del desarrollo en los niños chinos implica realmente dos trastornos: una combinación de problemas de sonido y de percepción visual. En cambio, los nativos del inglés normalmente no tienen dificultades reconociendo letras visualmente, pero experimentan dificultades al vincular sonidos con letras.
Esto significa que los métodos de intervención deben ser diferentes para los hablantes de chino, centrándose tal vez más en la ortografía, en vez de en el entrenamiento fonológico.
El director James Redford ha grabado un documental sobre dislexia para dar a conocer esta dificultad, se llama «The Big Picture, Redefining Dyslexia» (El cuadro global, redefiniendo la dislexia). Su hijo tiene dislexia y esta experiencia vital le ha llevado a conocer y querer dar a conocer esta dificultad.
Lee el artículo completo en South China Morning Post (en inglés) AQUÍ