Conocido por la teoría de las inteligencias múltiples, que presentó en 1983, hoy Howard Gardner está enfocado en cómo ponerlas al servicio del aprendizaje.
Según el psicólogo, los seres humanos creemos que somos más flexibles y adaptables de lo que en realidad somos. Pero nuestras teorías, construidas desde la niñez en torno a la mente, la vida, el mundo físico o las otras personas, se levantan como un bastión difícil de derribar, por muy erróneas que puedan ser.
Parte de la responsabilidad de esto está, según Gardner, en la disonancia cognitiva, que se produce cuando habitan en la mente ideas contradictorias o incompatibles, o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos. «Esta disonancia llena la mente con evidencia contradictoria que no hace más que fortalecer los prejuicios y creencias previas», acota.
Las redes sociales, agrega, son el caldo de cultivo perfecto para que estos prejuicios no solo se mantengan, sino que además crezcan, se fortalezcan y multipliquen. Esto, a su juicio, es una «tendencia alarmante». «Las redes y el auge de las noticias falsas hacen que sea más complejo averiguar qué es lo que está pasando realmente y qué es efectivamente confiable, lo que abre la puerta a creencias que no son ciertas», explica.
Gardner cree que el único antídoto contra esto es contar con una educación de excelencia, que entregue herramientas que permitan a las personas tener más filtros y más recursos para entender el mundo sin una mirada sesgada o prejuiciosa.
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—¿Qué ha cambiado en el entendimiento del aprendizaje desde que su teoría de las inteligencias múltiples se hizo conocida a nivel mundial?
—Aunque muchos psicólogos no han sido muy entusiastas sobre esta teoría, este trabajo, y otros similares (como el de Daniel Goleman en torno a la inteligencia emocional) han entrado en el léxico popular y en el conocimiento popular. La pluralidad de inteligencias es hoy reconocida por educadores, expertos y personas a cargo de la selección y promoción de personal. Desde mi experiencia, puedo testificar que una mirada plural de la inteligencia es estimulante para muchos individuos, especialmente para aquellos que no rinden bien en cierto tipo de pruebas.
—¿Cómo pueden los sistemas educacionales estandarizados adaptarse a las inteligencias múltiples de los alumnos?
—Incluso cuando se necesitan pruebas y evaluaciones estandarizadas, no hay razón por la que se deba enseñar de una sola manera. Los profesores debieran individualizar tanto como les sea posible, enseñando en función de las fortalezas y tendencias de cada estudiante, y a la vez pluralizar, lo que significa enseñar conceptos y habilidades de múltiples maneras. Todo esto es más fácil, por supuesto, cuando las políticas educativas del país son flexibles, los profesores están bien entrenados y motivados.
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