A lo largo de la vida, hay momentos que se quedan grabados en tu mente, como pequeñas películas hechas con trozos de tu historia. Son momentos marcados por emociones muy intensas, algunos buenos y otros malos, pero todos permanecen imborrables a lo largo del tiempo.

El día en que supimos que mi hija mayor tenía dislexia, es uno de esos recuerdos que siguen vivos en mi memoria. Junto con la dislexia, salían a la luz el estrés, la depresión, la ansiedad y, lo peor de todo, el acoso escolar.

Es difícil explicar con palabras esa mezcla de emociones que te invade al recibir un golpe como ese. De pronto, me sentía tan perdida

Acudí al colegio en busca de apoyo, pero no me dieron información ni ayuda de ningún tipo. Seguíamos estando solos. 

En el centro en que le hicieron la identificación tenían lista de espera, pero por otro lado, nos dijeron que era imperioso empezar a trabajar con ella. Yo no sabía qué hacer.

Fue entonces, cuando vi en la web de Change Dyslexia un listado de profesionales que trabajan con Dytective, y ahí encontramos a su terapeuta. Es una profesional maravillosa que nos ha ayudado mucho, tanto con mi hija mayor como con la pequeña, a la que detectó altas capacidades. Gracias a Change Dyslexia, encontramos el camino que nos llevó a superar la dislexia.

Dos años usando Dytective, sin saltarse ni una sola sesión. Dos años acudiendo a terapia con  su psicopedagoga especialista en dislexia dos horas semanales, sin descansar más que una semana en agosto. Puede parecer una sobrecarga, pero ella nunca se cansa de luchar para conseguir mejores resultados.

Es difícil comprender desde fuera lo mucho que sufren los niños con dislexia. La dislexia en la etapa escolar, golpea duramente la autoestima. A diario les persigue la idea de que son tontos o de que valen menos que los demás. Ven que por mucho que se esfuercen no consiguen los mismos resultados que los otros niños, y eso hace que pierdan la ilusión de alcanzar sus metas

Tras estos dos años de trabajo, mi niña ha pasado de suspender matemáticas y lengua en segundo de primaria, a sacar un 9 en lengua y 7.5 en matemáticas en la evaluación inicial de cuarto de primaria. Mi hija no se lo creía no se lo creía y se le saltaban las lágrimas.

Pero no solo han mejorado las notas. En estos dos años de trabajo, hemos visto cómo poco a poco, recuperaba la alegría y las ganas de ir al colegio. No solo está superando la dislexia, también ha reforzado su autoestima y ha mejorado la relación con sus compañeros de clase.

Ahora mi hija ve la dislexia como un superpoder, que la convierte en una heroína: con superpoderes, pero también con su «criptonita«.

La dislexia con sus «Superpoderes» y con las dificultades que hay que salvar

Es consciente de las debilidades pero también de las fortalezas que la acompañan. Me enorgullece ver su capacidad para encontrar las cosas buenas y no sólo los obstáculos.

No puedo describir la alegría que siento ahora, viéndola feliz de nuevo. Como madre, no puedo estar más orgullosa de su esfuerzo y su afán de superación. 

Mi pequeña sueña con ser veterinaria y yo estoy segura de que lo conseguirá, porque es muy trabajadora, incansable y no se rinde.

Ana
@dosACNEAEencasa