Son como los demás niños de clase, pero los complejos y las burlas surgen pronto: cuando tardan más que los demás en leer y escribir o en aprender los números. Se estima que entre el 3% y el 10% de la población padece dislexia, que se esconde tras un bajo rendimiento escolar no explicable por su trabajo y capacidad intelectual.
Una de las personas que creen firmemente en ello es la lingüista y doctora en Ciencia Computacional Luz Rello. A sus cinco años, memorizaba lo que necesitaba para ocultar su dislexia y no quedar en evidencia, un truco que le sirvió hasta que llegaron los suspensos por las faltas de ortografía. Una profesora descubrió su problema cuando ya tenía diez años. “Es un trastorno oculto. Estás delante de alguien que la padece y no lo ves, y él tampoco lo nota”, señala Rello. Por ello, considera esencial el diagnóstico y el tratamiento precoz. Aunque se estima que la mayoría de la población disléxica no está diagnosticada. Tras ocho años de investigaciones, Rello puso en marcha la empresa Change Dyslexia, que ofrece dos herramientas validadas científicamente. Dytective Test detecta el riesgo de padecer esta disfunción mediante metodologías de cribaje –no hace un diagnóstico–. Los niños realizan juegos como rellenar palabras o buscar errores, y dura unos quince minutos.
En segundo lugar, con DytectiveU, los pequeños mejoran sus habilidades de lecto-escritura mientras se divierten jugando. Según la investigadora, “hace dos años era imposible hacer un cribado de dislexia con una aplicación. Ahora, además de ello, podemos mejorar las habilidades de los niños y estimular también sus fortalezas. El test ya lo han usado 170.000 personas en los países de habla hispana”. Rello también ha publicado un libro, Superar la dislexia, donde pasa revista a la investigación detrás de las herramientas y da información sobre otros recursos para vencer el trastorno. Su trabajo ha sido reconocido en varias ocasiones. Fue la primera española en recibir, en 2013, el Premio al Joven Investigador Europeo; además, obtuvo el galardón Innovador Social del Año de la MIT Technology Review en 2014 y el Premio Princesa de Girona en 2016.