Ver el post completo Cerebro y dislexia

La dislexia es una dificultad de aprendizaje de origen neurobiológico que afecta a las habilidades relacionadas con la lectura y la escritura, como la fluidez de la lectura, la decodificación, la comprensión de la lectura, el recuerdo, la escritura o la ortografía. Estas dificultades a menudo llevan al temido fracaso escolar, a pesar de que la dislexia no tiene relación con la inteligencia. Se asume que la dislexia es una dificultad con la que se vive de por vida, aunque es posible recibir entrenamiento y desarrollar estrategias de compensación. Luz Rello, por ejemplo, explica que aunque la dislexia no tiene cura porque no es una enfermedad, sí tiene solución, porque se pueden eliminar las consecuencias negativas que conlleva. Lo podemos leer en «Superar la dislexia», su reciente libro.

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Ahora bien, ¿qué nos dice la ciencia que estudia el cerebro? En los últimos años se ha ha avanzado mucho en la comprensión de los mecanismos neurológicos subyacentes en la dislexia, observándose diferencias en el procesamiento cerebral de las personas con dislexia en comparación con los lectores «normales». Concretamente, hay dos áreas en el hemisferio izquierdo relacionadas con el lenguaje, que funcionan de forma diferente en las personas con dislexia. Una es la región temporal izquierda, relacionada con las letras, y otra área parietal especializada en unir letra con sonido. Pero, ¿son estas diferencias permanentes o cambian con el entrenamiento?

Un reciente estudio publicado en la revista Nature (ver enlace AQUÍ) examinó la mejora en las habilidades lectoras y el crecimiento de la sustancia blanca cerebral en niños con dificultades de lectura. Se recolectaron datos a través de resonancia magnética durante ocho semanas de entrenamiento en lecto-escritura y los datos mostraron tanto un aumento considerable de las habilidades de lectura como un aumento de la sustancia blanca del cerebro.

El Dr. Jason Yeatman, uno de los investigadores de este estudio, dice que aunque la dislexia normalmente se considera permanente, sus hallazgos muestran otra cosa. El entrenamiento intensivo ayuda a mejorar las habilidades de lectura y también recablea el cerebro, cambiando los circuitos de lectura.

Para Yeatman, la labor de los profesores está infravalorada, deberían considerarse como «ingenieros del cerebro que ayudan a los niños a construir nuevos circuitos cerebrales implicados en importantes habilidades académicas, como la lectura».

La buena noticia para los lectores con dificultades es que se les puede enseñar a leer y mejorar su ortografía, independientemente de su edad o su diagnóstico de dislexia anterior. Los profesores pueden ayudar a reconfigurar el cerebro de estos estudiantes al evaluar y desarrollar herramientas que ayuden a mejorar la ortografia, la conciencia fonológica, el reconocimiento de palabras y la fluidez lectora, entre otras habilidades cognitivas.

En Change Dyslexia hemos desarrollado la herramienta de estimulación cognitiva DytectiveU, un videojuego que ayuda a superar la dislexia personalizando los ejercicios que incluyen tanto el refuerzo de las habilidades que son más difíciles para el niño como el refuerzo de sus propias fortalezas.

PRUEBA DYTECTIVEU, la herramienta de estimulación cognitiva

Fuente: https://www.weareteachers.com/rewire-struggling-readers-brain/?utm_source=WAT&utm_medium=TW&utm_campaign=LindamoodBell_1810_ART%2BDwnLd&utm_content=1552485892

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