La dislexia es una dificultad del aprendizaje que cursa con dificultades en la lectura y la escritura y no tiene nada que ver con la inteligencia de la persona. Las personas con dislexia son tan inteligentes como los demás. Y un porcentaje no despreciable de personas con dislexia también tienen altas capacidades.
Ver: Características de la dislexia
¿Qué porcentaje de personas con dislexia tiene altas capacidades?
La investigación indica que entre el 2 y el 5% de los estudiantes con dificultades de aprendizaje tienen altas capacidades.
La investigación indica que entre el 2 y el 5% de los estudiantes con dificultades de aprendizaje tienen altas capacidades. A esto se le conoce como doble excepcionalidad o 2E. Incluye a los estudiantes con altas capacidades que conviven con dificultades de aprendizaje, entre ellos los alumnos con dislexia.
Ver también: Porcentaje de la población que tiene dislexia
Enmascaramiento de la doble excepcionalidad
El mayor riesgo que tienen las personas con doble excepcionalidad es que la dislexia pase desapercibida. Las altas capacidades pueden enmascarar la dislexia, impidiendo su detección. Niños que podrían ser genios, al no detectarse la dislexia a tiempo, no obtienen los resultados académicos esperables por sus altas capacidades.
Y el sufrimiento puede ser especialmente acusado para las personas con cociente intelectual alto, porque estas pueden ser muy sensibles a la asimetría percibida entre su capacidad y un rendimiento académico más bajo de lo esperado.
Las fortalezas en al doble excepcionalidad
Afortunadamente, no todo son problemas. Una ventaja de las personas con doble excepcionalidad son las fortalezas, las cuales suelen desarrollarse de manera considerable, y en las que se podrán apoyar. Además, gracias a su inteligencia podrán superar las dificultades más rápido.
El lado oscuro de esta ventaja es, como comentábamos, el enmascaramiento de la dislexia: los padres y los tutores a menudo no perciben ni las altas capacidades ni la dislexia.
La necesidad de un diagnóstico diferencial
Para llevar a cabo un buen diagnóstico es necesario realizar lo que se conoce como diagnóstico diferencial, es decir, un diagnóstico que discrimine la dislexia de otros trastornos específicos, así como de potencialidades.
Conviene evaluar la dislexia, la inteligencia y otros trastornos del lenguaje, para discriminar el origen de las dificultades. Lo pueden hacer logopedas, psicopedagogos y neuropsicólogos, y hay que hacer varias pruebas desde la multidisciplinariedad, porque si solo se evalúa la dislexia, el diagnóstico será insuficiente.
Ver: ¿Dislexia o TDA-H?
La dislexia, ¿viene acompañada?
Necesidades de los niños con dislexia y altas capacidades
Las necesidades de un estudiante con altas capacidades y a la vez dislexia son muy diferentes a las del individuo solo con dislexia o solo con altas capacidades.
Resulta difícil que el estudiante reciba apoyo para su doble excepcionalidad: a menudo reciben apoyo para sus altas capacidades o para su dificultad de aprendizaje, pero no para ambas. Para estos alumnos es importante emplear la misma energía tanto para la dificultad como para la capacidad.
Además, las necesidades de un estudiante con altas capacidades y a la vez dislexia son muy diferentes a las del individuo solo con dislexia o solo con altas capacidades.
La doble excepcionalidad puede ser una condición complicada de identificar y tratar. Tal vez debido a las características únicas de estos individuos, también tienen un mayor riesgo de trastornos de personalidad y de depresión. La evidencia sugiere que ser doblemente excepcional puede ser especialmente estresante, por lo que los maestros y los padres deben considerar también las necesidades emocionales de estos niños, no solo las académicas.
Ver también:
Ejercicios para la dislexia
Tipos de dislexia
La dislexia y el aprendizaje del inglés