La dislexia es una dificultad de aprendizaje que afecta a la lectura y a la escritura. Es de origen neurobiológico y no está relacionada con la inteligencia. Los principales síntomas de dislexia en español son una mayor lentitud en la lectura y mayor frecuencia de faltas de ortografía. Estos síntomas pueden aparecer muy temprano, se suelen diagnosticar a partir de los 7 años, aunque a menudo permanecen ocultos (Ver características de la dislexia).
La dislexia no es fácil de detectar, especialmente en lenguas más transparentes como el español (es decir, que se leen igual que se escriben), en las que los niños pueden camuflar sus dificultades en los primeros años de primaria, apareciendo más adelante. (Ver Por qué algunas personas bilingües tienen dislexia en inglés y no en su lengua materna).
¿Qué porcentaje de personas tiene dislexia en el mundo?
La National Academy of Sciences estadounidense estima que entre el 10 % y el 17,5 % de la población de Estados Unidos tiene dislexia. Para la población de habla hispana, el grado de prevalencia de las estimaciones es menor.
En España, conocemos tres estudios de prevalencia de dislexia. En la Región de Murcia, uno realizado en 2011 con una muestra de más de dos mil niños de Enseñanza Primaria (segundo, cuarto y sexto de Primaria) estima que la prevalencia de la dislexia es del 11,8 %. En las Islas Canarias, la estimación de alumnos con dificultades específicas de aprendizaje es de un 8,6 % con una muestra de mil cincuenta alumnos de Educación Primaria (de segundo a sexto curso), cuyo rango de edad oscila entre los siete y los doce años de edad, mientras que la estimación de dislexia fue de un 3,2 %, dentro de la misma muestra. Finalmente, en la Comunidad Autónoma de Madrid, usando una muestra de más de mil ochocientos niños de entre siete y once años provenientes de diecisiete centros públicos, los resultados muestran una prevalencia de dislexia en el rango del 5 % al 8,4 %, situando esta estimación en una posición intermedia de los estudios anteriores realizados en población de habla hispana. Este último estudio utiliza nuestro test Dytective.
De Latinoamérica sabemos muy poco, con la excepción de Colombia, donde la prevalencia, a partir de un estudio realizado en 2015 en Bogotá, es del 3,6 %, con una muestra de doscientos veinte niños con una media de casi nueve años de edad. Esta prevalencia es similar a la encontrada en niños colombianos de Barranquilla, donde se obtuvo 3,3 % con una muestra de ciento doce niños de siete años.
Es importante tener en cuenta que las prevalencias pueden variar según la edad en la que se evalúe a los niños; por ejemplo, en los niños más pequeños puede aparecer una prevalencia superior que podría disminuir con la edad debido a la intervención específica. También estas prevalencias pueden depender de otros factores sociales y económicos.
Nótese lo diferentes que son estas estimaciones, incluso para el mismo idioma y país; pues dependen del criterio o de los modelos que definen la dislexia. Aunque existe un acuerdo compartido en la definición de dislexia y en su universalidad neurológica, su definición es imprecisa cuando se aplica a diferentes lenguas. De hecho, sus manifestaciones son particulares en las distintas lenguas, en función de la transparencia o regularidad de su sistema ortográfico. Por ejemplo, en lenguas cuyo sistema ortográfico es más opaco (como el inglés), la correspondencia entre grafema (letra) y fonema (sonido) es menos regular. En esos idiomas, las manifestaciones de la dislexia están más relacionadas con errores en la lectura y la escritura. Por el contrario, en lenguas con ortografías más transparentes, como el español, los errores pueden ser menos frecuentes y otros factores han de tenerse en cuenta, como la velocidad, la fluidez y la automatización de la lectura. De hecho, la dislexia puede no ser detectada y permanecer como una «dificultad oculta» o «trastorno oculto» con mayor frecuencia en las lenguas con orto- grafías transparentes como el español.
Información del libro Superar la dislexia
¿Puede ser mi hijo disléxico y no saberlo?
La mayoría de las personas con dislexia están sin diagnosticar. Incluso en el Reino Unido, un país en el que la dislexia es tratada de forma ejemplar en comparación con otros países, el Dyslexia Research Institute estima que solo el 5% de los casos están diagnosticados y reciben la ayuda apropiada, y que el 85% de los analfabetos adultos padecen dislexia. De hecho, la dislexia se llama dificultad oculta debido a su baja detección.
Información del libro Superar la dislexia
¿Por qué es importante diagnosticar la dislexia en edades tempranas?
Incluso antes de la adquisición de la lecto-escritura, existen algunos indicios de dificultad específica del lenguaje, que pueden apreciarse en la mala pronunciación o en dificultades para denominar objetos. Un entrenamiento a esa edad tendrá un impacto muy positivo en el desarrollo porque es en ese momento cuando el cerebro es más flexible para incorporar cambios.
Por lo tanto, la dislexia, cuanto antes se detecte, mejor. Ante la sospecha de dificultades con la lecto-escritura, lo recomendable es acudir a un profesional para que realice una evaluación completa y establezca un diagnóstico. Así se podrá comenzar a trabajar y realizar actividades para mejorar la lectura y escritura. (Ver cómo diagnosticar la dislexia) .
A través de la herramienta Dytective, desarrollada por la investigadora Luz Rello y su equipo de colaboradores, el riesgo de dislexia puede ser detectado en apenas 15 minutos, permitiendo hacer cribados masivos en las aulas. Los resultados siempre deberán confirmarse con un diagnóstico profesional.
Dytective también incorpora una herramienta de estimulación cognitiva: DytectiveU. Con DytectiveU los niños trabajan las 24 habilidades cognitivas necesarias para la lecto-escritura, a través de 40000 ejercicios que siguen un itinerario personalizado y sin necesidad de supervisión.
¿Qué ejercicios y recursos son recomendables para combatir la dislexia?
Una vez diagnosticada la dislexia, podemos comenzar a realizar actividades para mejorar la lectura y la escritura.
En el post Ejercicios para la dislexia podéis encontrar ejemplos de ejercicios para mejorar la lecto-escritura en función de la ruta afectada.
Por otro lado, existen cuentos y libros para la dislexia que pueden ayudar en la lectura y en la comprensión de esta dificultad.
Autoría del artículo: Luz Rello y Clara Pavón
Ver también:
Luz Rello y la dislexia en RT
Maldita Ciencia desmonta mitos y bulos sobre la dislexia con Luz Rello
Creatividad y dislexia