Muchas personas se preguntan si la dislexia (ver qué es la dislexia) tiene solución. Seguramente habrás escuchado que se trata de una condición de por vida. ¿Y se puede tratar realmente una condición de por vida? ¿Qué podemos hacer?

En este artículo vamos a responder a estas preguntas y vamos a explicar cómo funcionan los tratamientos para la dislexia, y cómo se adaptan en función de la edad.

Antes de nada, ¿la dislexia es una enfermedad?

No, la dislexia no es una enfermedad, y por ello no se puede curar ni necesita un tratamiento farmacológico. La dislexia es una condición (ver características de la dislexia), una característica diferente del cerebro de algunas personas, y se puede superar. Superar no quiere decir eliminar, porque no podemos eliminar algo que forma parte de nuestra individualidad. Superar quiere decir combatir las limitaciones que conlleva la dislexia, mejorar la lecto-escritura y que esta condición no suponga una barrera para llegar a ser cada uno lo que quiera en su vida.

La dislexia está definida como una dificultad de aprendizaje de origen neurobiológico que afecta a la lectura y a la escritura. Es independiente de la inteligencia y suele conllevar el desarrollo de otras fortalezas, como la creatividad o el procesamiento visual.

Para poder comenzar un tratamiento, primero la dislexia tiene que ser detectada y diagnosticada, algo que muchas veces no ocurre en el momento correcto porque los niños se las ingenian para esconder sus dificultades, que solo salen a la luz más adelante en la vida, cuando las demandas escolares son más altas.

La edad de diagnóstico suele comenzar a partir de los 7 años, que es cuando las dificultades en lecto-escritura comienzan a ser más visibles y diferenciables de un ritmo madurativo más lento. Sin embargo, en los últimos años se han publicado investigaciones que hacen énfasis en la importancia de la detección precoz, anterior a los 7 años, porque es cuando el cerebro es más plástico y la intervención terapéutica puede tener un efecto mayor (Ver Síntomas de la dislexia por edades). 

Antes de adentrarnos en los tratamiento en función de las edades, vamos a realizar un pequeño repaso de los tipos de dislexia. 

¿Qué tipos de dislexia existen?

Diferentes tipos de dislexia
Diferentes tipos de dislexia

La dislexia puede clasificarse siguiendo tres criterios

  • Según su causa o momento de aparición: dislexia evolutiva o adquirida. En este artículo nos vamos a centrar en la dislexia evolutiva, que es la que aparece en el desarrollo de los niños. La adquirida puede ser el resultado de un accidente o enfermedad y aparecer a cualquier edad.
  • Según la ruta léxica afectada: aquí hablamos de dislexia fonológica o auditiva (dificultad en la discriminación de unidades acústicas y en la unión grafema-morfema), dislexia superficial o visual (dificultad al leer palabras irregulares), y dislexia mixta (con ambos tipos de dificultades). Aunque la literatura ha diferenciado estos tipos, la opinión científica más validada es que la dislexia está causada por un problema en la decodificación fonológica.
  • Según la gravedad: el DSM-V establece criterios para analizar la gravedad de la dislexia, diferenciando entre leve, moderada o grave.

Para mayor profundización sobre los tipos de dislexia, podéis pinchar AQUÍ

Entonces, ¿cómo tratar la dislexia en función de las diferentes edades?

En general, hay una serie de consejos que tenemos que tener en cuenta para todas las edades, especialmente en la infancia:

  • Ser muy comprensivo con los errores, no culpabilizar
  • Adaptar la didáctica a las diferentes maneras de aprender. Las personas con dislexia aprenden mejor con contenido visual o multi-sensorial
  • Realizar adaptaciones en los exámenes para facilitar la equidad
  • Reforzar la autoestima del niño, pues a menudo se sienten “tontos” o viven algún tipo de rechazo por sus diferencias. Es posible que necesiten algún tipo de apoyo psicológico.
  • Reforzar sus fortalezas (ver Las fortalezas de la dislexia). Las personas con dislexia tienen dificultades con la lecto-escritura, pero sobresalen en otros ámbitos como la creatividad o el emprendimiento. Reforzar sus fortalezas les permitirá compensar sus dificultades y aumentar su motivación (Ver Listado de famosos con dislexia).
  • Utilizar las herramientas tecnológicas de hoy en día que facilitan la vida a las personas con dislexia, como pueden ser los audiolibros, los correctores ortográficos, los lectores de texto y los dictados automáticos.
  • Adaptar la tipografía para mejorar la legibilidad en las personas con dislexia (Ver Facilitando la lectura a las personas con dislexia)
  • Prestar especial cuidado al aprendizaje del inglés y otras lenguas extranjeras (Ver La dislexia y el aprendizaje del inglés).

Niños en preescolar (antes de los 6 años)

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Los síntomas de la dislexia pueden aparecer antes de comenzar el aprendizaje de la lectura, puesto que la dislexia afecta a una variedad de habilidades que serán los cimientos de la lectura. 

La conciencia fonológica es la primera habilidad sobre la que después se sostiene el aprendizaje de la lectura. Y es en la que suelen experimentar dificultades los niños con dislexia. 

Entre los síntomas más comunes que podemos observar está la mala pronunciación de las palabras o la confusión a la hora de denominar objetos o colores.

En esta etapa lo fundamental es trabajar la conciencia fonológica para que quede bien asentada. Entre los ejercicios recomendados, se encuentran los siguientes:

  • Discriminación de sonidos a través de escucha activa
  • Identificar las unidades de las que está hecho el lenguaje: sonidos, sílabas, frases y palabras
  • Trabajar con rimas para desarrollar la sensibilidad con los sonidos
  • Identificación de fonemas

Niños en primaria (6-12 años)

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Esta etapa es crucial porque durante estos años se desarrolla el aprendizaje de la lectura y la escritura. Normalmente los síntomas de dislexia comienzan a ser más visibles en esta etapa, manifestándose en un enlentecimiento de la lectura y en una mayor presencia de faltas de ortografía (Ver Las faltas de ortografía en al dislexia).

Muchos niños con dislexia no son detectados en esta etapa porque consiguen compensar sus debilidades y pasar desapercibidos. Sus dificultades se manifestarán más adelante. Es importante detectarlas cuanto antes para que la lecto-escritura se pueda asentar correctamente.

Algunos de los aspectos más importantes a trabajar en esta etapa son los siguientes:

  • Conciencia fonológica
  • Fluidez lectora
  • Ortografía

Aparte del trabajo con la lecto-escritura, es importante reforzar otro tipo de habilidades cognitivas como la memoria o la atención, que a menudo aparecen debilitadas también en la dislexia. 

La herramienta DytectiveU trabaja 24 habilidades cognitivas relacionadas con la dislexia de forma personalizada, haciendo especial énfasis en las fortalezas (que ayudan a compensar y a motivar) y en las debilidades de cada niño. 

Adolescentes (12-18 años)

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Cuando la dislexia no ha sido detectada antes porque los niños han sido capaces de esconderla, suele aparecer en la adolescencia, afectando al rendimiento escolar en la ESO y el bachillerato. En estos casos es muy común que el adolescente haya arrastrado un sentimiento de baja autoestima o de desmotivación, que también tendremos que trabajar. A veces muestran conductas de desadaptación social.

Cuando se detecta un caso nuevo de dislexia, habrá que ser muy paciente y hacer re-educación de la lecto-escritura, haciendo especial énfasis en la conciencia fonológica, que está en la base del desarrollo de la lectura. Aunque pueda parecer algo infantil, no pasa nada por empezar desde lo más básico, así nos aseguramos que las habilidades de lecto-escritura se están asentado correctamente. 

Si la dislexia ya se detectó en una etapa anterior, es posible que las dificultades ya se hayan compensado. Sin embargo, normalmente algunas dificultades persisten y es recomendable que en los centros educativos se faciliten adaptaciones en los exámenes de estos alumnos para garantizar condiciones equivalentes con el resto de los estudiantes. No debemos olvidar que estos jóvenes no son tontos, simplemente tienen una dificultad pero tienen otras muchas fortalezas con las que pueden brillar. 

Nuestra herramienta DytectiveU puede utilizarse también en la educación secundaria.

Adultos

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En los últimos años la dislexia ha sido más visible en los medios de comunicación, en parte gracias a celebridades que han compartido públicamente su dificultad, como Steve Jobs o Pau Donés, y también gracias a proyectos sociales que han aparecido para dar respuesta a esta dificultad.

Esta mayor visibilidad ha provocado que numerosos adultos con dislexia no detectados salgan a la luz. Y entonces se pregunten ¿y ahora qué?

Lo que ocurre con los adultos con dislexia es que normalmente ya han compensado sus debilidades de alguna manera, incluso sin saberlo. Pero muchos de los que no han sido detectados y tratados han reducido sus posibilidades en la vida por baja autoestima o por miedo a que en el trabajo o en la vida social se manifiesten sus dificultades con la lecto-escritura (Ver post Cómo es tener dislexia siendo adulto)

Muchas veces el solo hecho de conocer que tienen dislexia supone una revolución en sus vidas, ayudando a comprender sus sentimientos de baja autoestima y animándose a hacer aquellas cosas que no se han atrevido por miedo y vergüenza.

El problema es que apenas hay herramientas para diagnosticar y tratar a los adultos con dislexia, y muchos se sienten frustrados cuando intentan encontrar una forma de trabajar sus dificultades o cuando tienen que prepararse un examen.

Aunque nuestra herramienta DytectiveU está pensada para niños, muchos adultos la encuentran útil para mejorar su lecto-escritura. Como los ejercicios se van personalizando, se adaptan al nivel de cada uno y perfectamente se adaptan al nivel de un adulto. 

¿Qué actividades podemos hacer para el tratamiento de la dislexia?

Tal y como hemos ido comentando a lo largo del artículo, el tratamiento para la dislexia debe incluir ejercicios para el desarrollo de la lecto-escritura. Podemos encontrar descripciones y ejemplo es el artículo: Ejercicios para la dislexia.

También es importante que reforcemos otras habilidades involucradas en el aprendizaje como la memoria y la atención. El desarrollo de las fortalezas de los niños será clave para la compensación de las dificultades.

Además del trabajo cognitivo, será importante desarrollar buenas técnicas de estudio y atender al componente emocional, trabajando para fomentar una buena autoestima.

Entre las actividades que pueden ayudar a los niños con dislexia, aparte de la estimulación cognitiva, está el ejercicio físico (ver post: 4 datos para entender la relación entre actividad física y dislexia) y el mindfulness o atención plena (ver post: Y si el mindfulness ayuda a los niños con dislexia).

Ver Cuentos y libros para la dislexia

¿Cómo detectar la dislexia a tiempo?

Los primeros síntomas, como hemos visto al inicio del artículo, comienzan incluso antes del aprendizaje de la lectura y la escritura. Lo que ocurre es que antes de los 7 años es difícil de detectar y a menudo difícil de diferenciar de otro tipo de sintomatologías, incluyendo un ritmo más lento en el desarrollo que no implica ninguna dificultad.

En cualquier caso, lo ideal antes de los 7 años es estar atentos y detectar predictores de dislexia. En caso de encontrarlos lo recomendable es una intervención preventiva, aprovechando la mayor plasticidad cerebral.

A partir de los 7 años, la prueba de cribado Dytective nos puede ayudar a hacer cribados masivos en las aulas, y que así ningún niño con dislexia se quede sin ser detectado. 
Una vez realizado el screening o prueba de cribado, el resultado siempre debe confirmarse a través de un diagnóstico profesional. Aquí puedes consultar el directorio de profesionales que trabajan con nuestras herramientas.

Ver también:
Dislexia y altas capacidades
La dislexia, ¿viene acompañada?
¿Dislexia o TDA-H?

Autoría del artículo: Luz Rello y Clara Pavón